Contar el tiempo que pasa inexorablemente ha sido una
preocupación del hombre desde tiempos primitivos, y también una necesidad para
ordenar su trabajo y sus actividades en general. Así inventó el calendario y la
división del tiempo en días, semanas y meses.
La división en semanas no fue, sin embargo, tan general o
semejante como lo fue la de los meses, regidos en la mayoría de los pueblos por
las fases de la Luna. Se cree que los babilonios fueron los primeros en emplear
la semana, y ya el número 7 aparece en sus monumentos como algo concreto. Así
conocían 7 planetas, y eran 7 sus divinidades principales. También tuvo mucha
importancia para los hebreos el número 7, y el libro del Génesis nos cuenta que
en ese período se creó el mundo. Los griegos se dividían cada mes en tres
períodos de diez días, y los romanos primitivos distinguían tres divisiones: las calendas, el primer día; las nonas, el 5 ó el 7, y los idus, el 13, 14 ó 15. El resto de
los días se situaban con relación a ellas; por ejemplo: el tercer día después
de los idus de marzo.
A causa de la difusión del cristianismo se conoció en Grecia,
y luego en Roma, la división del tiempo en semanas de 7 días, y los nombres de
ellos que usamos actualmente derivan del latín. Los romanos mantuvieron los
nombres de los planetas o de sus divinidades principales, pero los cristianos
sustituyeron el día del Sol por el día del Señor.
El primer día de la semana es el domingo, palabra que proviene de dominicus dies (día del Señor), pues los cristianos rememoraban la
resurrección de Jesucristo después de su crucifixión. Antiguamente se lo
llamaba día del Sol (dies Solis),
nombre que se usa aún en inglés (Sunday: sun, sol; day, día).
El lunes, segundo
día de la semana, viene del latín lunae
dies, que significa: día consagrado a la Luna.
Martes era el día consagrado a Marte, dios
de la guerra;
el miércoles, a
Mercurio, dios del comercio, mensajero de los dioses;
el jueves, a Júpiter, suprema divinidad romana,
y el viernes, a Venus, diosa de la belleza y
el amor.
El sábado viene del
latín sabbatum y éste del hebreo sabath, que significa descansar, pues,
según la Biblia, en ese día descansó el Creador. Por ello, entre los judíos, el
sábado es el día de reposo.
La semana comienza en domingo para los pueblos cristianos, en
sábado para los judíos, y en viernes para los musulmanes, pues, según la
tradición, Mahoma recibió ese día el Corán o libro sagrado del Arcángel
Gabriel.
ADMINISTRADORES: MAREVA
Comentarios
Publicar un comentario